miércoles, 29 de enero de 2014

Franklin Graham: “Mi padre está listo para ir al cielo”

El legendario evangelista Billy Graham, ha estado muy débil después que fue hospitalizado el año pasado. Su hijo, Franklin Graham, pidió que oraran por su padre durante una breve charla con la WBTV el 17 de enero.
El reverendo Franklin, dijo que su padre está “bien”, pero sigue estando débil. “Sus signos vitales son buenos, pero [él] casi no tiene fuerza”, dijo Franklin a WBTV.
“Para aquellos que están preocupados por mi padre le agradecemos sus oraciones”.
Franklin Graham, también dijo a la emisora de noticias: “Mi padre está listo para ir al cielo y cuando llegue ese día, él estará listo”, dijo Franklin resaltando que “ha trabajado duro toda su vida por la predicación del Evangelio de Jesucristo. Así que está listo para ir a casa pero estoy orando para que el Señor lo deje un poco más tiempo”.
“Él sabe que cuando estoy en la habitación me reconoce él me dice pocas palabras, pero es capaz de mantener de mantener una conversación. Ha sido difícil desde Navidad”.
“Lo necesitamos. Él es un gran padre, ha sido un gran amigo y justo [pausa]. Me gusta almorzar con él todos los domingos”, dijo a WBTV. “Tengo mi propia razón personal para desear que se quede conmigo por un largo tiempo”.
Franklin Graham, dijo que está orando por su padre para que pueda ser fortalecido nuevamente porque si “es la voluntad de Dios que él recupere su fuerza de nuevo tenemos un poco de trabajo para que lo haga”.
Billy Graham, tiene 95 años de edad, fue ingresado en el Hospital de la Misión en Asheville, Carolina del Norte el 20 de noviembre del 2013 por un problema de congestión respiratoria. Antes de la hospitalización, Graham, ya había sido llevado al hospital a finales de octubre para un chequeo de rutina.
El evangelista retirado, ha predicado a millones de personas en 185 países de todo el mundo durante toda su vida.

Digitalizan la represión que sufrieron los cristianos en Japón en los siglos XVII-XIX

La Biblioteca del Vaticano y cuatro institutos históricos japoneses han acordado inventariar, catalogar y digitalizar 10.000 documentos de un archivo japonés que detalla la represión que sufrieron los cristianos en Japón en los siglos XVII-XIX.

Monseñor Cesare Pasini, director de la Biblioteca Apostólica Vaticana, dijo que los llamados Documentos Marega representan el archivo civil más numeroso de su clase que se conoce.
Un misionero italiano sacó los 22 manojos de documentos del Japón en la década de 1940 y los llevó a Roma.
Los documentos estuvieron en el depósito de la biblioteca del Vaticano durante décadas hasta que un investigador de la Santa Sede que pudo leerlos y fue así que dio cuenta de su importancia en el 2010.
Posteriormente el Vaticano tomó contacto con expertos nipones y un equipo de investigadores japoneses que viajó a la Santa Sede en septiembre para observar el material. El martes, se firmó un acuerdo de seis años para inventariar los documentos entre la Biblioteca del Vaticano y el Instituto Nacional de Literatura Japonesa, el Museo Nacional de Historia Japonesa, el Instituto de Historiografía de la Universidad de Tokio y el archivo de la prefectura (provincia) de Oita.
“Está claro que estos documentos son únicos”, afirmó Pasini a la AP. “Los expertos japoneses dicen que no hay otra colección de este tamaño”.
El religioso desenvolvió con guantes uno de los rollos de papel de arroz que data de 1719, que describía la muerte de un cristiano registrada en el archivo civil de Bungo, actualmente Usuki, en la prefectura de Oita.
Pasini explicó que los misioneros jesuitas empezaron a difundir la fe en Japón en 1549, encabezados por san Francisco Javier, uno de los fundadores de la orden jesuita a la que pertenece el papa Francisco. Para 1585 el cristianismo se había difundido de tal manera que una delegación de cuatro jóvenes católicos viajó hasta las antípodas para participar en las festividades de la elección del papa Sixto V en Roma.
Pero ya se estaba gestando una represión de los cristianos y la persecución se tornó sistemática. Hubo ejecuciones en masa de cristianos, incluso los famosos 26 mártires crucificados en Nagasaki en 1597. En 1612 fue promulgado un famoso edicto anticristiano y pocos años después el cristianismo fue prohibido.
La libertad religiosa fue reintroducida en Japón a fines de la primera década del siglo XIX, y para los años 20 un misionero salesiano, Mario Marega, vivía y trabajaba en Japón y obtuvo posesión del archivo civil de Burgo.
Fuente: AP